Para muchos dueños de perros, la peluquería canina, se limita al esquilado de la mascota tres o cuatro veces al año y nada más.
Pero la peluquería canina incluye mucho más, consiste en mantener el pelo y la piel limpios y sanos y también incluye el cuidado de ojos, oídos, uñas, etc.
Hay enormes diferencias entre los mantos de las cientos de razas de perros que existen.
A la hora de elegir un perro debemos tener en cuenta como será su manto en su vida adulta.
Los mantos de los cachorros de todas las razas, tienen un pelo mucho más suave y fino que tendrá de mayor, por esto es que no debemos subestimar los cuidados del pelo, que nuestro perro necesita a medida que crece.
En el estado del manto de pelo del perro encontramos varios factores que influyen mucho, como por ejemplo: la genética, la dieta, el ejercicio, la vivienda, la cama de la mascota y por supuesto el cuidado que le dediquemos a su pelaje.
Hoy vamos a explicaros un poco sobre el trabajo de la peluquería canina.
Primero peinamos y cepillamos al perro, ahí encontramos además de nudos, pulgas, garrapatas, heridas, picaduras de insectos y bultos de grasa, además de tumores.
Muchas veces los detectamos antes que los dueños, porque revisamos a cada perrito de manera exhaustiva.
Y los dueños de las mascotas no los revisan por falta de tiempo o porque el perrito no se deja revisar por sus dueños.
Luego procedemos a bañarlos y ahí es donde se pueden apreciar si hay problemas en la piel, dermatitis, piel seca, piel con seborrea, etc.
Entonces a partir de como tiene su piel y su pelo, es que aplicaremos el champú adecuado para su manto.
Unas veces con biotina, otras veces hidratante con aguacate, con minerales, con ácidos de frutas, con proteínas, con aceite de argán, con keratina, etc.
De esta manera dejaremos su manto suave, ya que no se puede tratar por igual un pelo liso, que un pelo rizado, un pelo fino, un pelo duro, un pelo deshidratado o el pelo de los perros de doble capa.
También le hacemos el vaciado de las glándulas anales, también llamadas sacos anales, que tenemos que vaciarlas para que no lo incomoden y para que no se formen infecciones.
Como tienen un olor muy fuerte y desagradable, continuamos con el baño, luego del vaciado, y con bastante champú, limpiamos y eliminamos el mal olor.
Luego del baño procedemos al secado con un secador especial con expulsador de agua, para secarlos bien a fondo, es fundamental secar muy bien el pelo, de lo contrario si le queda húmedo cerca de la piel, tendrá el característico «olor a perro».
Cuando se termina el secado, se procede a cortar las uñas, que se han ablandado con el agua del baño y limpiamos los oídos, primero extraemos toda la cera que pueda tener y luego le depilamos el pelo del canal auditivo, que si tiene pelo muy abundante, puede producir otitis. En el pelo del oído se acumulan muchas bacterias, polvo y suciedad en general, que si no tiene una limpieza cada poco tiempo, aparecerá la temida otitis, que para ellos es sumamente incómoda y dolorosa.
Cada raza tiene sus necesidades de ejercicio físico, cuando el animal está en sano y en forma, enseguida se le nota en el brillo de su pelo.
Un perro alimentado de forma correcta y con un ejercicio acorde a su raza y a su edad, tendrá una excelente salud y un manto espectacular.
En cuanto al alojamiento del perro, lo normal es que las razas pequeñas vivan con sus dueños dentro de un piso o una casa e incluso que duerma con ellos, y las razas grandes y gigantes, pueden vivir perfectamente en el exterior y dormir en una caseta.
La cama y el alojamiento del perro influirá directamente en su pelaje.
Un animal que esté tumbado sobre una superficie de cemento durante mucho tiempo, se quedará sin pelo en los codos y otras partes del cuerpo.
Y por otro lado, un perro que pase muchas horas tumbado en la hierba, lo más probable es que desarrolle una irritación cutánea por la humedad constante.
Por ejemplo rascarse las picaduras de los insectos, puede acabar con un hermoso manto en pocas horas.
La cama de perro tiene que lavarse con regularidad y los suelos siempre tienen que estar limpios.
Si le dedicamos un buen cuidado al manto, reconoceremos enseguida una serie de problemas, como alergias en la piel u ojos llorosos, que podemos atajar desde el principio, para que no impliquen complicaciones.
¿ Cuándo empiezan los cuidados de peluquería de nuestro cachorro?
La respuesta es fácil, desde el primer día, es una tarea fácil subir al perrito sobre una mesa, cepillarlo y revisar ojos y oídos, y asegurarnos que la zona anal esté bien limpia.
Tenemos que cepillar al cachorro todos los días, esto también es beneficioso en el sentido de que aprenderá a obedecer y a seguir las costumbres de la casa.
Es muy importante enseñarle desde muy pequeño a quedarse quieto mientras lo peinamos y lo cepillamos.
Si no acostumbramos a esta rutina desde joven, cuando sea adulto será muy difícil manejarlo para su aseo y si hablamos de una raza de tamaño grande, la tarea sería casi imposible.
A la mayoría de los cachorros les encanta recibir mimos y cuidados de su dueño, por eso para él puede ser muy placentera la sesión diaria de cepillado y más aún si al terminar, le damos chuches como premio.
También es importante llevar al perro cuanto antes a la peluquería canina, aunque sólo sea para un cepillado, así desde jovencito se acostumbra a que lo maneje un profesional y así tendrá un cepillado que le haga lucir la belleza de su manto.
Si no hemos peinado a nuestro perro y tiene todo el pelo apelmazado, se sentirá muy incómodo y asociará esa incomodidad con la visita a la peluquería canina.
Es muy común que los dueños lleven a sus perros a la peluquería canina, cuando el animal tiene más de un año de edad y ya no sabe como manejar la maraña y las rastas en las que se ha convertido su pelaje.
En estos casos la primera experiencia del perro en su primera sesión de peluquería canina será de incomodidad, en el futuro no querrá volver y lo más probable es que se vuelva nervioso, agresivo o miedoso, cada vez que tenga que ir a la peluquería.
Cuando en realidad tiene que ser una experiencia muy positiva, si lo hemos enseñado desde pequeño a recibir sus sesiones de peinado y cepillado.
En los salones de peluquería canina, se ven muchos perros mestizos, resultado del cruce entre razas, algunos tienen pelo largo y liso, otros lo tienen ondulado y corto y otros lo tienen muy rizado.
Es una gran delicia cortarles el pelo, porque quedan muy bonitos una vez que los bañamos y les cortamos el pelo, les damos un estilo propio según su morfología, y suelen quedar como auténticos peluches.
En cuanto a los perros de pelo corto, puede pensarse que no necesitan cuidados, pero es un error porque estas razas mudan el pelo y debemos cepillarlos también con mucha frecuencia, de lo contrario nuestra casa estará llena de pelos cortos y ásperos, que se pegarán en todas las superficies de los muebles, la ropa y la tapicería del coche y es muy difícil quitarlos.
La solución es cepillarlos con una manopla, para quitar el pelo muerto y llevarlos cada tres meses a la peluquería canina, para que le quiten la mayoría del pelo que va soltando y le den un buen baño con productos específicos para su tipo de pelo.
En pocas palabras, llevar a nuestro perro a la peluquería canina, es un acto de cariño y cuidado para nuestra mascota, estamos cuidando no solamente su estética, sino también su salud.
UN PERRO LIMPIO ES UNA MASCOTA FELIZ!!!